domingo, 23 de mayo de 2010

El lado más negro del oro negro

Definitivamente el ser humano no es capaz de medirse ante la avaricia. El deseo desesperado por enriquecerse y por poseer "más que los demás" ha llevado al ser humano a convencer no solo a las autoridades, sino también a una gran parte de la población de la productividad, riqueza y ganancias que suponen los pozos petrolíferos.

El actual derrame de petróleo en el Golfo de México no es el primer ejemplo de un impacto descomunal de este tipo, pues ya antes se habían dado más derrames (como el catastrófico derrame del barco petrolero Exxon Valdéz). Pero me llama la atención sobremanera cuando las compañías encargadas de estos enormes proyectos alegan que el impacto producido por ellos es mínimo (solo por ser más creíble que decir que es nulo). Por dicha la extracción de petróleo no es una realidad costarricense, pues no me cabe duda que nuestro país sería explotado si tan "preciado" oro negro existiera en gran cantidad bajo nuestros suelos. Tan solo hay que ver la situación de la zona minera Crucitas, en San Carlos.

Es un proyecto en la mira, muy en la mira. Obviamente las razones son tentadoras: cuantiosas ganancias para el país (¿realmente son para el país en general?), empleo para los costarricenses y extracción de oro. Por cierto, el oro iría a parar en las manos de unos pocos que, después de dejar devastada la zona, se irían de nuevo a su tierra natal, sin hacerse cargo del problema. ¿Tentador, no es así?

No hace falta ser abogado ambientalista para saber que la lapa verde y el almendro amarillo estarían en peligro o que nuestros ríos podrían llegar a convertirse en ríos de cianuro. No hace falta ser biólogo para saber que la lapa verde sí existe en esa zona, al contrario de lo que piensan los encargados del proyecto. Es el colmo:¡hasta en reportajes de canal 7 sobre Crucitas aparece la lapa anidando!

Yo me pregunto:¿A quién engañan? El flujo de petróleo no ha sido detenido debido a que el "montón de válvulas que debían acabar con el problema estaban defectuosas" (La Nación, 2010: 35A). Y por ese "minúsculo" error, detener el derrame tomará más tiempo. Más triste aún: solo detener el derrame, no buscar la restauración del ya dañado ecosistema. De verdad espero que estos daños se puedan reparar, sino podría pasar lo mismo que en Chernobyl: las consecuencias se sienten a pesar de los años.

Sinceramente, no me sorprendería que nuestra madre naturaleza se encargara de hacer la justicia que muchos no hicieron por ella. Como dice el grupo español Mago de Oz, con su canción referente a Gaia (la madre naturaleza, según el grupo):

"Todo mal que me hagas, a ti te lo harás,
pues la Tierra es tu hogar
y al igual que amar, también sé castigar;
la venganza de Gaia tendrás"

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