jueves, 25 de marzo de 2010

Susto… ¿para quién?

Estaba leyendo el periódico tranquilamente, el pasado 21 de marzo, cuando una noticia me llamó mucho la atención. Es una fotonoticia, de esas que explican brevemente una imagen, y dice claramente “Susto en corrida: el diestro José Tomás sufrió ayer por la tarde una embestida en su primer astado durante la corrida inaugural de la plaza Arnedo Arena de la localidad riojana de Arnedo, España.” La imagen mostraba una desagradable escena en la que un torero resulta “corneado” por un enorme toro.

Yo creo que no hace falta explicar la distorsión con la que muchas personas ven las cosas. En mi opinión, la imagen se vuelve desgarradora en un único punto: el toro. Un gran animal, condenado desde que nace, torturado hasta la muerte, maltratado de casi todas las maneras posibles en las plazas. Y el humano, como siempre, el centro del universo, ya que él es el único capaz de “manejar” la naturaleza como le viene en gana. No comprendo, por más que intento, cómo el susto se lo pega el torero… y el toro ¿qué? Ah, sí cierto, el toro no se asusta porque es solo un animal, “los animales ni piensan” dicen muchos. Y de todos modos, el toro debe morir, porque sino no habría diversión para la gente.

Ese tipo de diversión, realmente humano, es desconcertante. Se asemeja mucho a los dramas que se vivían en el Coliseo Romano hace muchos años, cuando eran sacrificados los cristianos y el público lo disfrutaba como algo muy natural. Es un sentimiento de superioridad del que no se sale, de demostrarle a un inocente animal quién manda. Pero cuando, por instinto, el animal se defiende y termina herida alguna persona, solo nos preocupamos por la persona y dejamos de lado el dolor del animal, que desde un principio está siendo juzgado y castigado por los poco racionales humanos.

Que el toro se haya defendido me parece aceptable, después de que el “diestro” (debería adiestrarse a sí mismo) intentara meterle la estocada final. Y muchos deben pensar: “que dicha que eso es practicado en países como España y México”,pero los populares “Toros a la tica” no se alejan mucho, pues el solo hecho de encerrarlos y meterles el “chuzo” eléctrico ya es maltrato.

Los animales deben ser respetados y valorados, ya que comparten esta tierra con nosotros. Es tiempo de pensar: el hecho que sea un simple animal no quiere decir que no sienta igual que nosotros.

jueves, 18 de marzo de 2010

Un reencuentro con la naturaleza

"Lo del "Medio" ambiente, será porque ya destruimos la mitad"

Muy bien lo explica este graffiti, ese medio por el cual los jóvenes se expresan libremente y además resulta mucho más barato que una de esas enormes vallas publicitarias, aunque un gran anuncio de esos es lo único lo suficientemente llamativo para concientizar a la población de una vez por todas. Ayudar a nuestro planeta nunca está (y nunca debe estar) de más, por pequeña que sea la ayuda.

Pero no se trata solo de decirle, o en el peor de los casos, exigirle a los demás que muestren un mínimo de respeto por nuestro entorno, pues como se dice popularmente: El cambio comienza por uno mismo. ¿De qué nos sirve reclamar y discutir con otros si sabemos que no hacemos un esfuerzo por cambiar nuestro estilo de vida también? Dejar correr el agua como por 5 minutos o más mientras nos cepillamos los dientes o nos enjabonamos, botar ese montón de botellas en el basurero al que paran todos los tipos de productos (aún cuando sabemos que la botella es biodegradable y hay un basurero para reciclar cerca) o tirar en la calle un cigarrillo o un simple empaque de frituras son solo algunos ejemplos de los miles que existen de esa forma de tratar a nuestro mundo, cual si fuera una cosa.

Pues resulta que no es un objeto al que podemos utilizar y luego tirar, como si tuvieramos más opciones a elegir luego de haberlo explotado indebidamente. Todavía me sorprende el matiz de ingenuidad (o mejor dicho de estupidez) humana que impregna comentarios tales como "es solo una envoltura de chicle, es solo una simple lata, solo una... solo una..." ¿Acaso no nos damos cuenta que de una en una es como vamos destruyendo nuestro hogar? Si miles de personas deciden pensar en "solo uno", es clara la cuenta de miles de objetos contaminantes y así se va multiplicando. Definitivamente un punto alarmante.

Agradezcamos lo que tenemos, pues es solo por nosotros y para nosotros. Nuestra madre naturaleza no nos pide nada que no podamos dar, solo responsabilidad y tenemos más que capacidad para retruibuirle lo que, por tanto tiempo, nos ha dado. Tratemos a la naturaleza precisamente como eso: nuestra madre.